La imagen icónica de Disney que prologa sus películas, la del castillo en la colina que cubre toda la pantalla y el paisaje con sus fuegos artificiales, bien puede funcionar como metáfora de la expansión de la compañía. La gran noticia de esta semana, que Disney compró la empresa de George Lucas, confirma que la compañía fundada por Walt se convirtió en un tanque que arrasa, compra y gana.
Disney compró Lucasfilm por 4050 millones de dólares. La cifra no suena a ninguna ganga, pero habilita a los nuevos dueños a producir, en adelante, todas las franquicias que se les ocurra de Star Wars, Indiana Jones y, claro, el jugoso merchandising de sus productos. Si bien para los seguidores de la saga de Lucas la noticia puede ser apocalíptica, para otros el negocio es más redondo que las orejas de Mickey. En Wall Street felicitaron a Lucas y calificaron el acuerdo como "mucho más prometedor que la adquisición de Marvel en 2009", según Lazard Capital Markets, firma de analistas de Nueva York.
Es que con esta adquisición, Disney ya tiene en el bolsillo a tres de las mayores productoras de animación y franquicias cinematográficas de la industria: Pixar, Marvel y Lucasfilm; y a dos de las cadenas de TV más importantes de Estados Unidos: ESPN y ABC.
En 2009 y por 4200 millones de dólares, Disney sorprendió a todos con la adquisición de Marvel Entertainment y los más de cinco mil personajes de la gran factoría de cómic. Los seguidores veían incompatible las historias tiernas y familiares de Disney con la oscura densidad de X Men o la ironía de Iron Man. Sin embargo, en Los Vengadores, por ejemplo, no hubo un viraje tan marcado.
Desde los comienzo, Pixar producía sus propios filmes (Toy Story, Buscando a Nemo, Los increíbles) y Disney los distribuía. En 2004, la relación se tensó y se cortó, pero en 2006, Walt Disney compró la empresa de animación de la lamparita por 7400 millones de dólares. Por entonces, los rumores decían que a Disney no le estaba yendo muy bien con sus animaciones clásicas y que a Pixar le convenía potenciar sus productos con la varita mágica de Campanita.
El horror
"¡El horror, el horror!", era la reacción de un fan de Star Wars en las redes sociales ante la compra de la empresa de Lucas y, sobre todo, ante el anuncio de que Disney hará una nueva trilogía de la saga, cuya primera parte saldrá en 2015. La reacción ayer de los fans fue diversa, aunque la mayoría estaba anonadada. Foros, redes sociales y blogs se llenaron de respuestas alérgicas: "A Lucas le importa más engordar a los animales de su rancho que proteger el legado", decía uno de ellos; "Me da auténtico miedo, veo otra vez a los ewoks en la nueva trilogía, cantando como Blancanieves", decía otro. El temor de los seguidores es que las franquicias comerciales desacralicen una historia que es considerada patrimonio de la cultura pop del siglo 20.
Sin embargo, Lucas dijo que no veía la hora de pasar la batuta de Star Wars a una nueva generación. "Siempre he creído que la saga podría sobrevivirme y pensé que era importante establecer la transición durante mi vida", aseguró. También admitió que el negocio es casi un fondo de pensión para él y su futuro. La que era su socia en Lucasfilm, Kathleen Kennedy, estará a cargo de las nuevas gestiones de las franquicias y él permanecerá como asesor creativo. Y agregó: "La experiencia de Disney le dará a Lucasfilm la oportunidad de ampliar su camino en cine, TV, medios interactivos, parques temáticos, shows en vivo y productos de consumo". El negocio al final, siempre fue parte de esta galaxia.
Mirá el video en el que George Lucas explica cómo fue la venta.
Tres grandes adquisiciones
Pixar. En 2006 Disney compró los estudios de animación Pixar por 7400 millones de dólares. La última película realizada desde la compra es Valiente, sin gran recepción crítica ni taquilla.
Marvel. En 2009, Disney fue por más y adquirió las acciones de Marvel, la gran firma de cómics por 4200 millones. La compra incluye la firma, la marca, los cinco mil personajes y las franquicias.
Lucasfilm. La noticia de la semana: Disney compró Lucasfilm por 4.050 millones de dólares. Incluye las franquicias de Star Wars (la séptima saldrá en 2015) y de Indiana Jones.
Opinión: Ñoñez innata
Por Juliana Rodríguez
Hay un personaje de Los Simpson que cada tanto aparece y clama "¡Piensen en los ñiños!". La frase le sienta bien a Disney, que siempre pensó en ellos. No sólo como destinatarios de sus animaciones, también como ávidos consumidores de DVDS, merchandising y demás. Por eso, cada vez que la mega fábrica de fantasías compra una nueva firma de productos que no son ATP, los fans tiemblan, por esa vocación ñoña que empaña todos sus productos. Pixar durante años logró esquivar ese costado, pero su última película, Valiente, pierde toda la fuerza narrativa y se limita a crear una princesa más de Disney. Con Marvel habrá que ver cómo sigue la franquicia de X-Men y Los vengadores. Y con Star Wars, todo puede pasar. Si la última trilogía fue una decepción, ahora sólo resta esperar, cruzar los dedos y que la fuerza nos acompañe.