Policeman, del israelí Nadav Lapid, fue elegida como la película ganadora del Bafici 2012, mientras que la competencia argentina quedó en manos de Gastón Solnicki, director de Papirosen.
En Policeman, Lapid toma riesgos formales y conceptuales. La historia de su película está divida en dos partes: en los primeros 45 minutos el filme pone atención sobre un escuadrón antiterrorista israelí y en particular en la vida de su líder, Yaron, quien además está a punto de ser padre. Es una cotidianidad signada por un machismo reconocible, aunque no le impide expresar amor y cariño a su mujer embarazada. Uno de los miembros del grupo tomará responsabilidad por la muerte de algunos inocentes en una reciente operación; si son árabes, poco importa, y los riesgos jurídicos son pocos.
Sin aviso, a mitad de película, el filme cambia su foco: los protagonistas son otros, incluso la antítesis del escuadrón precedente. Por un tiempo, Lapid, quien también ganó el premio a mejor director en el Bafici, seguirá la cotidianidad de un grupo juvenil radicalizado. No son árabes encolerizados, sino jóvenes israelíes desesperanzados. Su política remite un poco a los años '60 y su objetivo es sencillo: "Es tiempo que los pobres sean ricos y que los ricos empiecen a morir". En algún momento, ambos grupos se encontrarán. Y no reinará la paz, precisamente.
En Papirosen, Gastón Solnicki orquesta un retrato familiar que comprende a cuatro generaciones (su abuela, sus padres, sus hermanos y sus sobrinos son los protagonistas, y el propio director no deja de ser una presencia estelar, aunque permanezca en un fuera de campo casi total) y un período histórico que va del Holocausto hasta el presente. Se trata de una reinvención misteriosa y virtuosa del home movie, sostenido en un montaje casi musical y en un registro de 10 años en donde se demuestra que cualquiera puede filmar con una cámara pero no todos son por eso directores de cine. Solnicki, después de este filme, se consolida como un cineasta. No es poco.
Solnicki consigue trastocar el orden familiar y la intimidad de la vida de sus padres, hermanos y sobrinos en un relato universal sobre la neurosis, el judaísmo, la inmigración, la pertenencia de clase, la economía doméstica y global. Su familia es una entre otros, pero en la historia de ese apellido suena la Historia universal.
Premio para "Sibila"
La mejor película de la competencia de Derechos Humanos del Bafici 2012 fue Sibila, un largometraje de la realizadora chilena Teresa Arredondo, que tiene como coguionista y editor al cordobés Martín Sappia. "Esto nos abre grandes posibilidades en toda Latinoamérica. Estamos muy felices. No lo podemos creer", dijo Sappia a VOS apenas se conoció el galardón.
El documental premiado indaga en la vida de la tía de la directora del filme, Sibila Arredondo de Arguedas, quien pasó 15 años en prisión acusada de pertenecer al grupo terrorista peruano Sendero Luminoso. El jurado de esta competencia estuvo integrado por Hebe Uhart (escritora), José Carlos Avelar (crítico y teórico brasilero) y Renate Costa (directora de Cuchillo de palo).
Sibila podría estrenarse en agosto en Córdoba.
Las películas cordobesas Salsipuedes, de Mariano Luque y El espacio entre los dos, de Nadir Medina, no obtuvieron premios.