Nada se pierde, todo se transforma. El principio se aplica también en Hollywood, que cada tanto regresa a las mismas fuentes. En este caso, a aquellos primeros mitos fundacionales de la cultura occidental, sobre todo los griegos. En la década de 1960, los grandes estudios de cine apostaban a épicas películas basadas en La Odisea, La Ilíada, o varias versiones de Hércules. En los canales de cable todavía hoy programan Jason y los argonautas (1963). En 2010, los estudios 20th Century Fox decidieron retomar los mitos griegos, los pasaron por el filtro de filmes ATP para adolescentes (más cercanos a Narnia que a 300) y lanzaron Percy Jackson y el ladrón del rayo. Ahora, llega a secuela a los cines cordobeses, Percy Jackson y el mar de los monstruos.
Como otras películas inspiradas en sagas literarias, en este caso el autor de los libros, el escritor Rick Riordan, traslada los mitos griegos a un contexto actual (lejos de Ítaca, cerca de Washington) y diseña a un héroe más similar a Harry Potter que a Ulises: el joven Percy Jackson. Percy es un adolescente que descubre que desciende de los dioses del Olimpo. Concretamente, se entera de que es el hijo de Poseidón, el dios de los mares y terremotos. En la primera película, Percy se enfrentó al mismísimo Zeus y, claro, salvó al mundo.
Pero en esta secuela, Percy no se está sintiendo muy heroico y la vida transcurre sin minotauros ni medusas alrededor. Hasta que descubre que tiene un medio hermano que es un monstruo (un cíclope adolescente) y se pregunta si ser hijo de Poseidón es un pesar o una bendición. En esta aventura, Percy deberá enfrentarse a una nueva ola de criaturas míticas, que quieren destruir el santuario de los hijos de los dioses. Y ahora, para salvar -otra vez- al mundo Percy y sus amigos deberán encontrar a otra legendaria criatura: el vellón dorado. El viaje los llevará a la costa de Florida, desde donde llegarán al Mar de los Monstruos (conocido entre los humanos como el Triángulo de las Bermudas).
Mostro
Y si en la primera parte Percy peleaba contra seres aterradores, ellos dejan el lugar vacante ahora a Polifemo, el poderoso cíclope; Caribdis, un monstruo marino; el Toro de Cólquide, una criatura metálica que respira fuego; la manticora, con cuerpo de león y cola de escorpión, entre otras "mascotas" a las que el joven Percy deberá domesticar o vencer.
Como si eso fuera poco, Percy debe lidiar con alguien más, el oráculo, que no hace más que complicar el ya obvio conflicto de identidad que tiene alguien que descubre que es hijo de un dios. "El oráculo le dice que o va a terminar por destruir al Olimpo o a salvarlo. Y él no está seguro de que pueda estar a la altura de las circunstancias", explica en las notas de prensa Logan Lerman, el actor que le pone el cuerpo a Percy (y que también se vio este año en el protagónico de la película Las ventajas de ser invisible).
Claro que Percy tiene de quién rodearse. Alexandra Daddario regresa como Annabeth Chase, la hija semidiosa de Atenea, diosa de la sabiduría. "Uno de los aspectos más disfrutables de la primera película fue haber podido interpretar una cualidad beligerante, de la que no puedes hacer uso en la vida real. Ha sido una experiencia maravillosa haber podido hacer eso", comentó la actriz, cuyo personaje esta vez será más emocional.
Como si fuera real
En mayo de este año, el mundo del cine hizo una reverencia a Ray Harryhausen, maestro de efectos especiales en películas de 1950, como La bestia del mar y Jason y los argonautas, hasta en clásicos cintemporáneos como Furia de titanes (1981). Las innovaciones de Harryhausen son las que permitieron que ahora, por ejemplo, en Percy Jackson y el mar de los monstruos las tres apías de un solo ojo parezcan realmente naturales.
En este caso, el departamento de efectos visuales estuvo dirigido por Dan Kaufman (nominado a un Oscar por su trabajo en Sector 9). Kaufman señala: "Los efectos visuales hacen cosas que no pueden ser posibles en la vida real. Percy Jackson y el mar de los monstruos se desarrolla en nuestro mundo, ahora, pero existe otro mundo oculto que también es parte de nuestro planeta. Los elementos sobrenaturales encajan con nuestro mundo y se ven muy auténticos. Por ejemplo, el hipocampo se ve como una criatura marina mítica, pero también se ve tan real como una ballena".
En esta secuela, Chris Columbus, autor de Los Goonies y Gremlins, una eminencia en el mundo de las películas taquilleras de ciencia ficción y quien dirigió la primera parte de Percy Jackson, pasa a ser productor del filme, y su lugar es ocupado por un director alemán cuyo nombre parece suficiente para comandar una película sobre dioses y semidioses. Se llama Thor Freudenthal y antes dirigió El diario de Greg. Él señaló, al explicar qué hay detrás de la historia para sintonizar con los intereses de un público adolescente: "Uno de los mayores logros de Rick Riordan, el autor, fue haberse podido divertir a un ritmo muy dinámico y no haberse tomado siempre muy en serio. Pero nunca sacrifica la esencia emocional, que es la de un grupo de chicos que tiene una responsabilidad muy pesada que cargar: tienen padres que son extraordinarios, pero que la gran mayoría del tiempo están ausentes".
Percy Jackson y el mar de los monstruos
Fantasía, aventuras
Con Logan Lerman, Alexandra Daddario, Jake Abel, Sean Bean, Stanley Tucci. Dirección:Thor Freudenthal. Guion: Marc Guggenheim.Duración: 105 minutos. Apta para mayores de 13 años.