Desde la medianoche del miércoles, los fans se fueron acercando a Forja, engalanados para la cita. Engalanadazos. La Mona Jiménez celebró sus 45 años de puro cuarteto y el aniversario ameritó un festejo acorde. Y como saben que a la mejor parte de cualquier fiesta hay que tenerle paciencia, los puntuales se ubicaron en la pista, y pasaron la espera con el combo de vino, coca y hielo.
15 mil personas fueron la noche del miércoles a cantarle y bailarle el cumpleaños musical a La Mona y desde temprano entre ellos corrían los rumores. El juego era adivinar quiénes iban a ser los invitados. ¿Pity Álvarez, Pato Fontanet? Pero los primeros que aparecieron fueron Facundo Toro, El Mono de Kapanga, el Rey Pelusa (que llegó, para sorpresa de varios, puntual y de saco formal), y Eduardo Gelfo, que de impecable traje blanco se sentó en una sala, todo un prócer del cuarteto, a recibir saludos y besos. Literalmente, un padrino del género.
Como todo cordobés, que sabe que en la "previa" se cocina lo que será la noche, La Mona llegó más tarde, con el gran invitado: Carlitos Tévez, que viajó con él en el auto, escolta y amigo fiel. Hablaron ante las cámaras, sonrieron, cantaron a dúo, se detuvieron a dar una nota a un reality colombiano y adelantaron cómo iba a ser el tenor del concierto. Como los orígenes mismos del cuarteto, la noche se vivió como una reunión familiar.
Familiar también fue el inicio, cerca de las 2.30 de la madrugada, cuando Jiménez hizo subir a Gelfo y recordó sus inicios, a los 15 años, con el tema que cantó entonces: Diez monedas. El conjunto de pantalón-camisa de La Mona era tan plateado como los papelitos que volaron por Forja cuando cantaron el feliz cumpleaños. Más tarde, Despierta corazón arrebató los primeros aullidos del público.
Folklore nacional
Raly Barrionuevo llegó con la Zamba de Alberdi, que cantaron a dúo. En la pista, los bailarines festejaban, hacían las señas de los barrios, celebraban en alegre caos. Arriba del escenario, pasaba algo similar. El marginal le inyectó energía cuartetera a la fiesta, y Raly se quedó para cantarla. Alejandro Lerner, que recién llegaba de grabar Soñando por cantar, fue el que siguió los pasos, con la prometida versión cuartetera de Volver a empezar.
El desfile siguió tanto por figuras de la música como por clásicos del repertorio monero. Pasaron canciones como Goma de mascar o Mujer y amante; Facundo Toro se animó con Amor secreto y Luna; y la familia estuvo representada por Lorena y Carli Jiménez, hijos ‘e tigre.
Los amigos futboleros subieron a marcar la cancha, encabezados por Tévez (¿el mayor fan de la Mona en Manchester?), Ramón "Wanchope" Ábila y Daniel "Hachita" Ludueña. Chapita Gutiérrez puso el cupo femenino.
Sin dudas, el mayor momento de la noche, el encuentro de titanes, se dio cuando Pelusa subió. Allí se vieron las diferencias entre la energía intensa de La Mona y el perfil más recatado del rey, dos maneras de entender el cuarteto y el escenario. Hubo entre ellos abrazo sincero, flores mutuas, y cantaron a dúo Tú. El encuentro siguió un buen rato y terminó con dos de los hombres más importantes del cuarteto cantando a coro La copa rota.
A esa altura, ya eran casi las cuatro de la mañana y nada ento indicaba que la noche estuviera por terminar. Los 45 de La Mona se celebraron al mejor estilo Jiménez: intensos, caóticos y felices. Y entre amigos. Un evento familiar.