Los últimos fueron para Sol Pereyra puro crecimiento. Por fuera de la obviedad de la suma de días, semanas y meses, ese movimiento temporal se tradujo para la chica que fundó Los Cocineros como trío, en la búsqueda de un lugar mucho más allá de la chapa de estar entre los músicos de cabecera de una artista pan americana como Julieta Venegas. Aprovechar el roce pero ni pensar en dormirse, parece haber sido la máxima que guió los pasos hacia Comunmixta, su segundo disco solista. No por nada el nombre de su perfil de Twitter es @solsolito.
La madurez de sus treintipico asoma en canciones redondas, de una tonalidad agridulce y marcadas por la necesidad de plantar bandera y opinar (en letras como Comunmixta y Clase media, por caso), pero algo alejada de la dicotomía amor-desamor que animaba Bla Bla Bla. Con melodías perfectas y estribillos pegadizos como el de Hilo de sol, además, se revela como la sensible compositora que se insinuaba desde antes de instalarse en la megalópolis conocida como Distrito Federal.
"En realidad, lo único que me hace decir que estoy instalada acá, después de tres años, es tener finalmente un contrato de alquiler que estoy pagando, y la obligación de venir a mantenerlo. Es un dato muy concreto que se me impone. De todas formas, no quiero ni puedo desvincularme de Córdoba, el sentimiento es muy fuerte y la elijo como mi lugar de base, donde siento que pertenezco. De hecho, cuando se empezó a terminar el año arranqué con la desesperación de ver cómo armaba la presentación para escaparme y mostrar el disco. Es lo más parecido a correr orgullosa a mostrarle a mi mamá lo que hice", dice desde su casa en Colonia Narvarte, barrio al sur de la capital azteca, a días de la presentación oficial de Comunmixta en Córdoba.
Al disco lo presentó allá en octubre, y desde entonces se las arregló para mostrarlo en varios antros (así se llaman en México los bares con música en vivo a la noche, aunque no sean necesariamente antros en el sentido estricto de la palabra) como El caradura o El imperial, de aforo limitado, pero también en el teatro Metropolitan del DF. "Ahí abrí para el show de Carla Morrison, una artista que la está rompiendo, y fue para tres mil personas. También en festivales, en una feria punk rock, muy variadito..."
-¿Coincidís en que el disco es más agridulce que "Bla Bla Bla"?
-Puede ser. Cuando encaro un disco primero veo qué es lo que ya tengo que ha ido quedando afuera, y compongo mucho, como para tener para elegir. Son, en general, canciones de varias etapas de mi vida, pero por algo se juntan, por algún motivo las elijo. Para Comunmixta no tenía ganas de hacer un disco que estuviera exactamente en el mismo tono que el anterior, con el foco tan puesto en el amor y en el desamor y jugar con otras temáticas. Me salieron esas.
-De todas maneras el amor está en varias letras de "Comunmixta".
-Es muy difícil dejarlo afuera porque se impone. Puede que haya maneras distintas de abordarlo, más meloso, menos meloso, pero es cierto que está ahí.
El amor, tangencialmente, es un tema también en Tita, el hermoso último track del disco dedicado a su abuela en el que se reconoce un tanto desastrosa en cuestiones sentimentales y avisa que no piensa "casarse con un doctor". De hecho su novio es un músico mexicano ("mis novios siempre fueron músicos", aclara), pero de casamiento y formalidades, nada.
"La letra de Tita transmite un mensaje: andá queriéndome como soy, porque voy al revés de eso que esperás. Lo que quiero aprovechar de la madurez es justamente el aplomo que te dan los años, pero para tener el impulso descontrolado de la adolescencia. Disfrutándolo de otra manera, no casándome de vestido largo con un doctor. Los años me van dando armas para argumentar mis rebeldías y viviéndolas. Tampoco es que me voy a volver una pelotuda de 50 que cree que tiene 15, pero es la vida que elegí, y me gusta", justifica.
-¿Y a tu abuela le gustó?
-Le encantó. Mi abuela es una hermosa, pero rieniega de algunas cosas, como el hecho de que le gustaría que yo fuera un poco más delicada. La cosa es que además el disco tiene Clase media, compuesta en un momento en que me volvía muy contrariada de Argentina y me salió esa letra, y pensé \'Uy, cuando mi abuela escuche esta canción...\'. Así que le hice otra para ganármela (risas).
-Ni en "Bla Bla Bla" ni en "Comunmixta" invitaste, por ejemplo, a Julieta Venegas ¿Por?
-No porque me disguste la idea, al contrario. Pero quería hacerme cargo de todo yo, fuertemente, al menos en estos dos primeros trabajos solistas. Si no, iba a quedar como que yo quería vender un tema de mi disco, cantado por Julieta Venegas como invitada. Y no. También toco con muchas chicas famosas aquí en México. Si sale que las invite, será en el tercer disco, después de hacer un trabajo de base, solita.
-Hace poco se cumplió la primera década de Los Cocineros ¿Te generó algo de nostalgia saberlo?
-Siempre me gustó compartir cosas con los chicos. Ayer veía fotos de la previa, del armado del aniversario, y me agarró nostalgia de eso, las ganas de estar ahí. Además siempre escucho Los Cocineros, sigo llevando sus discos como bandera, haciéndolos conocer a la gente. Pero esos momentos de extrañar se suavizan un poco cuando voy a Córdoba y paso un rato con ellos, con mi familia y amigos.
En México, y en USA también
El 25 por ciento de los artistas argentinos que participan en el mega festival Vive Latino, en México, son cordobeses. La grilla de la próxima edición tiene a los Caligaris y a Sol Pereyra como números confirmados. En el caso de Sol, además, tiene cerrada su actuación en el SXSW (en Austin, Estados Unidos), como apoyo de la edición en Estados Unidos de Comunmixta. ¿Qué tal? "El año pasado me escribieron dos sellos de Los Angeles, uno interesado en sacar Bla Bla Bla en vinilo, cosa que hicimos, y el otro distribuirlo en formato digital. Este año decidimos editar Comunmixta allá y presentarlo en febrero". Igual, todavía no le piden autógrafos en la calle como a Los Caligaris. "Nooo, por ahí después de un show, puede ser, pero nada que ver".