Habrá nuevos personajes, sangre renovada en las filas y varios de la primera generación que se darán de baja para que brillen los novatos en Los Únicos, que larga sus segunda temporada este miércoles a las 21.45 por El Doce. Nicolás Cabré y Nico Vázquez –ya no estarán Mariano Martínez, Arnaldo André ni Griselda Siciliani– serán los abanderados de la tropa, y a ellos se suman nuevos héroes y villanos.
El mapa de las nuevas batallas tendrá a un ejército de antiúnicos como fuerza del mal. Dreyfus se ríe más todavía, llora y baila con fondo de Jerry Lee Lewis. Y Fabián Gianola disfruta, agradece el personaje que le toca en suerte, y lo cuenta como si fuera otro.
“Dreyfus tiene varios motivos para querer destruir a Los Únicos. Por un lado, quiere los Siete cristales de la vida eterna, y por otro el Oráculo le ha dicho que Los Únicos van a terminar matándolo, entonces quiere eliminarlos antes de que se cumpla ese destino”, explica el actor.
–¿Cómo te sentís haciendo de malo de historieta?
–Es muy divertido. Una oportunidad que se da muy poco. Me llena de alegría. La paso bien, está bueno el personaje, el elenco, la historia, el producto, disfruto mucho. Andar a los tiros, trompadas, hacer de malo, la ropa exótica, además me siento muy cuidado desde la producción. Cuando sentís que te quieren, eso vale mucho también.
–¿Tuviste libertad para construir el personaje o te dieron pautas para hacerlo?
–Tuve varias reuniones con Adrián Suar y el equipo para hablar del personaje. Querían armar un malvado, hacer algo diferente a lo que hizo Favio Posca, que Dreyfus fuera un gran villano con una identidad parecida al resto de los mortales, y a partir de ahí este personaje que puede ser malísimo desde todos los costados desde los cuales lo mires. Cruel, verborrágico, psicótico. Llora y se ríe al mismo tiempo. Me tiraron una serie de pauta, s y de a poco las fui decodificando. Cuando a uno le tiran una información, lleva un tiempo asimilarla. A partir de ahí pude trasladarla a la expresión, fue de a poco.
–¿Te gustan estas aventuras heroicas?
–Cuando tenés hijos chicos, lo consumís porque ellos lo ven y después te das cuenta de que están muy bien hechas. Además, en casa se veía Los Únicos desde antes de que me llamaran. Para mi hijo Nico, que tiene 12 años, fue una sorpresa, una historia fantástica para contar en el colegio. ¡La cara que puso cuando le dije que iba a entrar a la serie! No me creía al principio. Llegué de trabajar y le dije que me habían llamado. Me divirtió mucho que no me creyera. Entonces le iba diciendo lo que iba a hacer, y cada vez me creía menos. Hasta que un día me vio en la serie y se murió, no lo podía creer. Está enganchadísimo con la historia. En el colegio le dicen "mini Dreyfus", y me pregunta cómo sigue: a veces le digo la verdad y a veces le miento.
Malo a medida
–¿Te inspiraste en algún villano para armar a tu personaje de Dreyfus?
–No tengo una referencia única. He abrevado de villanos que pude ver, mi personaje se ríe y llora, es muy desequilibrado, lo contiene como puede y lo descarga en alguna maldad. En cada palabra y en su trato, es un villano de traje y corbata. No se sabe bien cuál es la historia de Dreyfus, por qué es tan malo. Tiene un hijo, encarnado por Darío Lopilato, al que abandonó porque no tenía poderes. Lo echó de la casa, lo llevó a Tailandia para perderlo y ahora está del lado de Los Únicos y se está reencontrando con él, pero no le interesa más que para averiguar cuáles son los planes de sus enemigos.
–¿Qué significa en tu carrera hacer este personaje?
–Tengo la sensación de estar pleno. Hago teatro, con Los 39 escalones, una obra que me encanta hacer y tiene un éxito arrasador, y por otro lado hacer televisión en Pol-ka, en un protagónico, es el mejor momento de mi carrera.
Tomarse el tiempo
–Te tomaste un tiempo de descanso. ¿Estabas esperando algo así para volver?
–Fueron 10 meses de descanso. Iba a ser de un año, después de De lo nuestro lo mejor. Quería esperar a hacer algo que me gratificara y salió Los Únicos. Estaba haciendo conducción, pero tenía más ganas de hacer ficción. Es un momento elegido y esperado, quería volver a actuar y solamente actuar.
–Tuviste una etapa de mucha exposición, de hacer de todo. ¿Cómo fue ese momento?
–Todos los actores hacemos de todo cuando aparece el momento. Hay que aprovechar. Con un solo programa, un éxito, o el teatro, no te garantiza ninguna seguridad en la vida. Hay que seguir trabajando. En nuestro medio es así, y lo ves en todos, desde Francella en Carrefour, Claribel Medina con el yogur. Enrique Pinti me reivindica, vestido de rojo vendiendo el Quini 6. Me da la sensación de que no me equivoqué cuando tuve esa sobreexposición. Cada uno hace lo mismo cuando le toca o tiene la oportunidad. Es cíclico, los buenos momentos son así. A veces estás muy arriba, después abajo. Depende de la inteligencia de cada uno, pero la televisión es así siempre.
–¿Qué género te atrae más para hacer?
–Me atrae el desafío, no tengo ningún tipo de preferencia. Me atraen las ganas de hacer cosas distintas, diferentes, nuevas, meterme en comedia musical como en Víctor Victoria, hacer un marido golpeador y violador como con Andrea Del Boca, ser el villano de Los Únicos. La diversidad es maravillosa para el actor, es lo que más lo hace crecer. Me hace cosquillas en la panza cada vez que aparece un desafío.
Los Únicos
Horario. De lunes a jueves a las 21.30, por El Doce.
Elenco. Además de Fabián Gianola, Nicolás Cabré, Claudia Fontán y Nicolás Vázquez, la nueva formación tiene a Emilia Attias, Brenda Asnicar, Nicolás Scarpino, Elías Viñoles, Christian Sancho, Victorio D'Alessandro, Juan Manuel Guilera, Darío Lopilato, Rodrigo Noya, Marina Belatti, Ricardo "Chino" Darín, Gonzalo Suárez, Macarena Paz, Celine Reymond, Gimena Accardi y Benjamín Amadeo, entre otros.
Triángulos. Las nuevas relaciones entre los personajes incluyen nuevos triángulos amorosos. Attias, Vázquez y Accardi integrarán uno, mientras que al otro lo componen Cabré, María Eugenia Suárez y Brenda Asnicar.
Malos malísimos. En la cúspide estará Dreyfus, a cargo de Gianola, acompañado por Nicolás Scarpino y Elías Viñoles en roles.