Convengamos que era difícil abstraerse o mantenerse neutral del acontecimiento. No era un beso cualquiera y los productores de Farsantes lo sabían. Y lo comunicaron por todas las vías e hicieron imposible la tarea de evitar el spoiler. El primer beso de Guillermo (Julio Chávez) y Pedro (Benjamín Vicuña) no llegó de sorpresa, así como quien no quiere la cosa. Fue anunciado con bombos y platillos por todos los medios posibles. Anticipos, avances, notas previas y publicidades en los diarios, mostraban esas dos caras a punto de tocarse, de corresponderse, de entregarse. Después de 37 capítulos, por fin la pareja manifestaba con todas las letras y todo el cuerpo la atracción que siente el uno por el otro.
Y los motivos eran legítimos, porque el desafío de la escena de la tira de Pol-ka era triple. Por un lado debía cumplir con la lógica de anticipación: ninguna novela que se precie va a hacer concretar a sus protagonistas principales rapidito y tener a los espectadores esperando era inevitable. El segundo motivo era mucho más radical y consistía en sacudir a la audiencia con una secuencia que, hay que decir, no es la primera vez que se ve en la pantalla chica, pero tal vez sea la primera vez que generaba tanta expectativa. Las razones son obvias en esta instancia: el programa pone en primera plana a una pareja gay de abogados, se ve en la tevé abierta, los actores son famosos y los estereotipos de siempre quedaron fuera. Y por último, un bonus track: la búsqueda de rating era un motivo tangencial. Farsantes ya tiene un público cautivo que lo ubica cómodo de lunes a jueves por encima de su competencia. Es decir, la necesidad de golpes de efecto estaba superada.
Entonces sólo quedaba por ver el "cómo". Acomodarse en el sillón, silenciar el teléfono y ver cómo Guille y Pedro se daban su primer beso. Y Farsantes, como ya viene siendo costumbre, no defraudó. El beso llegó con maestría, cuando Pedro estaba listo y después de que Guille le confesara sus sentimientos. Sin palabras y sin preámbulos, cuidado aunque corto, y con un posible testigo dando vueltas por ahí (el padre de Camila rondaba el departamento). Y además dejando abierto el juego para este martes.
Ahora queda por averiguar cómo seguirá la historia teniendo en cuenta que Vicuña comienza su fase de retirada por cuestiones de agenda. Y aunque el programa promete "sorpresas" para el futuro, lo único que se le puede reprochar a la serie dirigida por Daniel Barone es no haber confiado lo suficiente en que la historia iba a pegar como para asegurar a uno de los protagonistas principales hasta fin de año.
Rating. El esperado beso entre los personajes de Benjamín Vicuña y Julio Chávez no registró un pico de rating y se ajustó en 14.1 puntos según IBOPE, un número habitual para la tira de Pol-ka en su horario regular de emisión.
Reviví el momento en el player de arriba.