A la conmoción y la tristeza que dejó la muerte de Cory Monteith se suma por estas horas a la incertidumbre sobre la continuidad de Glee, la exitosa serie musical que protagonizaba en la cadena Fox y con la que se convirtió en uno de los actores televisivos más populares de Estados Unidos. Allí interpretaba a Finn Hudson, el carismático capitán del equipo de fútbol americano, que además desplegaba talentos histriónicos en el grupo de teatro musical de la escuela.
Tras cinco temporadas en el rol, el actor canadiense se ganó millones de fans en todo el mundo, mientras parte de su legado quedó registrado en los cuadros musicales que interpretó para la serie. Aquí, una selección del periódico The Daily Beast, de cinco de sus mejores momentos.
I Can\'t Fight This Feeling Anymore. Con esta canción hizo su audición para el personaje, y quedó seleccionado por la intensidad y la dulzura que puso en la actuación. Monteith comenzaba así lo mejor de su carrera y el tema quedaba en el piloto de Glee.
Don\'t Stop Believin. Himno de la serie, el tema fue, además de uno de los mejor logrados por el elenco de Glee, el momento en el que todos mostraban sus motivaciones. Finn empezaba a brillar y a darse cuenta de que tenía más talento del que aparecía en la cancha de fútbol.
Just the Way You Are. En la segunda temporada, Finn le dedica esta canción a Kurt, su compañero homosexual en el grupo de teatro, al que había dejado indefenso ante los ataques de sus compañeros futbolistas. Esta canción de Bruno Mars fue la del reencuentro y la alegría del vínculo con quien elegía entre sus amigos, tal como son. En la vida real, Monteith era un defensor activo de los derechos de las minorías sexuales.
Man in the Mirror. En la tercera temporada, el equipo masculino del grupo de teatro se agrandó con el ingreso de nuevos miembros y hubo algunas rispideces entre ellos. Esta canción significó el momento en el que estas diferencias quedaban superadas y Finn fue el encargado de ponerle corazón y esmoquin blanco.
We Are the Champions. La competencia de coros de escuelas había llevado a los Glee al campeonato nacional y esta canción era el himno que eligieron para mostrar de qué estaban hechos. La voz cantante era la de Finn, el capitán mejor equipado para llevar la bandera y emocionar audiencias.